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La Malena en los recuerdos de Dolores Pedroso

Los archivos guardan tesoros que, entre el polvo y el olvido, es importante buscar, encontrar y rescatar. Cuando los descubres, empiezan a desvelarte historias dormidas y te invade un enorme deseo de compartirlas. No puedo describir la alegría que he sentido en la Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo, cuando mi querida amiga Cecilia me facilitó las carpetas de Dolores de Pedroso que allí custodian junto con otros escritos sobre danza, programas y recuerdos de tantos bailarines.


He preferido ir poco a poco, y comenzar a publicarlos para compartir mi deleite con los lectores que navegan por los inabarcables mundos de internet, en recuerdo Dolores de Pedroso, una gran mujer enamorada de la danza, cuyo retrato de niña se conserva en el Museo del Prado.


Apuntes biográficos sobre Dolores de Pedroso (1907-1986)


Dolores era hija Luis Pedroso y Madan, conde de San Esteban de Cañongo, diplomático y ministro plenipotenciario y de la princesa rumana María Sturdza.


En el Museo del Prado podemos admirar su retrato de niña que fue pintado por Paul Emile Chabas sobre 1912.


Sus hermanas fueron María de las Mercedes Dampierre y la poetisa Margarita de Pedroso, que fue la musa de Juan Ramón Jiménez.


Dolores de Pedroso, según publica en un artículo el historiador Jorge Martín, realizó una importante labor de investigación y difusión de las danzas tradicionales del mundo y de España, así como diversas labores benéficas y culturales, siendo una de las primeras mujeres corresponsales de guerra. Y cita a modo de homenaje unas palabras que Dolores escribió en alusión a los poetas que a continuación reproducimos:


“El poeta encuentra el camino de su verdad en sueños que traspasan el umbral de lo ignoto a lo visible, dándoles forma, belleza, realidad. […] aquellos que más allá de sí mismos buscan la imagen de Dios y acatan la infinita soledad de su ente; aquellos, en fin, cuyas aberraciones son substratos que no traban el vuelo de sus ideales…”


La Malena (1872-1956)

Según las notas manuscritas de Dolores Pedroso, la célebre bailaora Malena Sena "estuvo sentada con nosotras en nuestra casa de Sevilla el 30 de abril de 1951".


Malena le cuenta que nació en Jérez, pero que vivió en La Carolina hasta los 17 años, edad en la que se traslada a Sevilla, y "armé una revolución".


En el archivo hay 2 fotografías inéditas de la bailaora que reproducimos a continuación.



Era el tiempo de los Cafés Cantantes, donde boleras y flamencas se disputaban los favores del público. Y Malena le disputó el trono a Juana Vargas La Macarrona, entablándose una mítica rivalidad solo comparable con la que suscitaron en los ruedos Joselito y Belmonte. Tal fue así que Malena cuenta a Dolores que a ella la llamaban Pepe (Joselito), y a La Macarrona, Belmonte.


Estos símiles nos hacen intuir que, como en el caso de estos dos colosos de la tauromaquia, la Malena era una bailaora de porte más refinado que la visceral Macarrona, poseyendo ambas unos estilos muy diferentes y tan personales que marcaron un hito en el flamenco.


<<Juana tenía un temperamento que no se podía aguantar. Malena bailaba más despacio aunque tenía un braceo que era una maravilla>>

(Arturo Pavón)


La Malena con Juan Martínez y Pericón de Cádiz

"El padre de Malena era pescadero. La madre se llamaba Josefa. La Malena se casó y no tuvo hijos. Tiene sobrinos y sobrino nietos. Todos viven más o menos a costa de ellos", sigue anotando Dolores Pedroso.


Imposible no recordar a Antonio el Bailarín, que desde niño frecuentaba los tablaos y admiraba con fervor a La Malena.


El niño Antonio con el cuadro flamenco del maestro Realito


Relata Antonio en su libro de memorias que un día, paseando por la Alameda de Hércules, se encontró con una viejecita que vendía alpiste para las palomas. Casi no la reconoció. Era la Malena. "Ya ves... Antonio, lo que hace el Señor con sus criaturas", le dijo.


La Malena, bailaora de braceo prodigioso, fue un eslabón en la evolución del flamenco clásico de escuela sevillana. Pronto iba a aparece otra artista que elevaría por primera vez los brazos por encima de la cabeza: Pastora Imperio, hija de La Mejorana, a la que dedicaremos el siguiente capítulo de estos recuerdos de Dolores de Pedroso.


MERCEDES ALBI






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