Del 17 al 19 de septiembre en las Naves del Español en Matadero Sharon Fridman estrena Dosis de Paraíso, un manifiesto coreográfico sobre el amor y las relaciones
Es el último espectáculo del coreógrafo israelí, creado en colaboración con el artista audiovisual belga Ofer Smilansky
Melania Olcina y Arthur Bernard Bazin protagonizan esta reflexión sobre el papel de las tecnologías como espacios emocionales
La pieza recurre a efectos visuales avanzados y a un particular diseño de iluminación que dialoga con música y danza
"Esta es la historia de una pareja que podría ser cualquier pareja. Sobre un escenario eléctrico, visualmente arrebatador, lo autobiográfico se entrelaza con lo universal. La intensidad de las vivencias trascendentes alterna con la mecánica repetitiva de las rutinas. Los tiempos se diluyen y convergen: hoy, ahora, antes, mañana, ayer. Es también una mirada sobre lo que estamos viviendo: una pieza de contacto en un mundo en el que está prohibido tocarse. Una pieza acerca del lugar de los cuerpos en la era de lo virtual". Así se acerca Sharon Fridman a su última creación, Dosis de Paraíso, un manifiesto personal sobre el amor, las relaciones y la tecnología. La obra, que podrá verse desde hoy 17 de septiembre hasta el al sábado 19 en las Naves del Español en Matadero (Sala Max Aub, Nave 10) surge de la colaboración del coreógrafo israelí con otros artistas internacionales, como el artista audiovisual belga Ofer Smilansky.
Sharon Fridman (Premio Max 2015 al Mejor Espectáculo por Free Fall y Premio Max 2019 al Mejor Espectáculo por Erritu) explica que con Dosis de Paraíso busca "dar especial protagonismo a universos visuales que permitan a intérpretes y espectadores abstraerse del propio espacio teatral para adentrarse en paisajes emocionales: el interior del cuerpo o el corazón, por ejemplo".
Los bailarines Melania Olcina y Arthur Bernard Bazin se encuentran y se entregan, descubriendo la turbulencia del movimiento, la oportunidad del abrazo y el miedo a la soledad. Comparten una certidumbre: mantenerse en el paraíso no fue tarea fácil, quedarse en el presente, sin la refracción del pasado ni la proyección del futuro.
La técnica del contact improvisation, de la que la Compañía Sharon Fridman es un referente, se alía con los efectos visuales avanzados y un particular diseño de iluminación que se integra con la música y la danza. En este sentido, Dosis de Paraíso es la obra más compleja de la compañía y también la más narrativa. Tras una muestra del proceso creativo del espectáculo en el prestigioso Suzanne Dellal Center de Tel Aviv, la crítica Ora Brafman describió Dosis de Paraíso como "Una pieza de 'contacto' que marca nuevos límites para el género (...). Un trabajo placentero y especial, con una representación magnífica, con momentos de emoción y magia". El trabajo de investigación y creación para este espectáculo se ha desarrollado en el marco de residencias técnico-artísticas en el Teatro Francisco Rabal de Pinto, donde la compañía es residente desde octubre de 2018. Dosis de Paraíso podrá verse en los próximos meses en Dansa València (15 de noviembre 2020), Danza Gijón (21 de octubre 2020), Teatros del Canal (mayo 2021) y Cádiz en Danza (junio 2021), además de en teatros de Colombia y Alemania. Es una coproducción con el Auditorio de Tenerife, apoyada por la Comunidad de Madrid, el INAEM, el Ayuntamiento de Pinto y el Teatro Francisco Rabal.
SHARON FRIDMAN El folclore israelí, la danza contemporánea, el ballet clásico y el lenguaje del contact improvisation dibujan el conocimiento dancístico del coreógrafo israelí Sharon Fridman (Hadera, 1980) y su compañía con sede en Madrid. Fridman comienza a bailar a los seis años en la agrupación de danza y folclore israelí Hora Pardes Hanna, del coreógrafo Dado Kraus. Con dieciséis se incorpora como voluntario en Ilanit, el hospital de diversidad mental donde trabajaba su madre, ayudando a los pacientes mediante terapias de movilidad corporal. En 1995 empieza a estudiar Danza Contemporánea y a bailar con la compañía de Yehonatan Carmon, en la Opera House de Tel Aviv. En 1999 ingresa en la prestigiosa compañía Ido Tadmor Dance Company. La Kibbutz Contemporary Dance Company, la compañía de danza Vértigo y diversos proyectos para el efervescente Suzanne Dellal Center, centro para la creación dancística en Israel, completan la trayectoria de Fridman. Su labor como coreógrafo comienza en el año 2000, con la creación del grupo Phrasal, y de las piezas Covered Red (2000) y Anna (2001). Entre 2004 y 2008 ejerció las funciones de coordinador artístico y coreógrafo en la compañía Mayumaná. En 2006 se establece en Madrid y funda la Compañía Sharon Fridman. La primera obra del grupo se estrenó en el Certamen Coreográfico de Madrid y obtuvo varios premios a la creación y a la producción. La base técnica de sus piezas se centra en la relación entre la gravedad y el equilibrio, y está inspirada en la madre del artista, que nació con el síndrome de Arnold Chiari. A partir de esta técnica, ha desarrollado un nuevo lenguaje corporal al que el coreógrafo denomina INA, Contact INcreation. Otras obras con su firma son Waiting (2003), The Creation (2004), Carlos & Me (2007), Q Project (2008), Shakuff (2010), Al menos dos caras (2011), Hasta dónde…? (2011) y Rizoma, una coproducción del Festival Quartier d’ Été que se estrenó en Los Inválidos de París con 70 bailarines y 10 violonchelistas. Este proyecto nació en París en 2012 y desde entonces se ha presentado en la Bienal Danza de Calí (Colombia), en el Oerol Festival de Terschelling (Países Bajos), en Hong Kong (China), en el Oriente – Occidente: Festival di danza contemporanea de Rovereto y en el Festival Opera State de Bassano del Grappa (Italia). En 2008 participa en Dance Lines ’08, un proyecto para el desarrollo de jóvenes coreógrafos de la Royal Opera House de Londres, bajo la dirección artística de Wayne McGregor. El año siguiente es invitado a formar parte de Choreoroam ’09, proyecto de investigación coreográfica que consta de una serie de clases magistrales y residencias artísticas en seis capitales europeas, donde desarrolla y presenta su solo Beyond, que es representado en el festival Dance Week de Zagreb (Croacia) y en el festival Opera Estate de Bassano del Grappa (Italia). En su prolífera carrera, Fridman ha recibido distintos galardones como el premio Alicia Alonso CIC’2012 (Fundación Autor-Ballet Nacional de Cuba) con el dúo Hasta dónde…?, el Premio a la Mejor Propuesta de Danza Contemporánea en le edición 2011 de la Feria Internacional de Danza y Teatro de Huesca con Al menos dos Caras y el Primer Premio y Premio del Público en el Certamen Coreográfico Burgos-Nueva York (2011) también con Hasta dónde…?, cinco premios en el Certamen Coreográfico de Madrid 2007 con Carlos and me, entre ellos el Segundo Premio a la Mejor Coreografía, el Premio del Público y el Tercer Premio en el Certamen Coreográfico Internacional de Hannover 2009 con el mismo montaje. En 2015 recibe el Premio Max al Mejor Espectáculo de Danza por Free Fall y en 2019 vuelve a recoger este galardón por su pieza Erritu. Un gran número de compañías y agrupaciones bailan hoy sus creaciones: la Compañía Nacional de Danza de España, la Compañía Nacional de Danza de Paraguay, la Vertigo Dance Company de Israel, el Bora Dance Project de Corea del Sur, la compañía Kukai Dantza del País Vasco, el Colectivo Cinético de Italia, la compañía LaMov de Zaragoza, la Compagnie Jus de la Vie de Estocolmo y el Ballet Bielefeld de Alemania. Sus obras han sido coproducidas por instituciones de referencia como el Mercat de les Flors, el Teatro Ludwigshafen, el Festival de otoño en primavera, Madrid en Danza y el Auditorio de Tenerife, entre otros.All ways (2016), una pieza para ocho intérpretes, es la culminación de diez años de investigación coreográfica en Madrid, un reflejo de la trayectoria de la compañía que investiga conceptos como la armonía colectiva. La pieza se alza en 2017 con el Premio al Mejor Espectáculo de Danza en la Feria de Teatro y Danza de Huesca. Hoy, la compañía Sharon Fridman es residente en el Teatro Francisco Rabal de Pinto (Madrid), donde lleva a cabo proyectos con la comunidad y obras de creación propia. En los últimos años, Fridman ha dirigido los festivales de danza Gvamin 2018 del Suzanne Dellal Center en Tel Aviv y Danzamos Conde Duque en Madrid (2017). En la actualidad sigue trabajando en proyectos de exhibición artística a nivel local como miembro de diferentes plataformas como Coreógrafos en Comunidad, de la que es uno de los socios fundadores. Las producción más recientes de la compañía son Dosis de Paraíso y Shape on us, esta última producida junto a la Vertigo Dance Company y creada para 10 bailarines con diversidad funcional.